Fabio Lobo arrastra a dos expresidentes, uno es su padre
Eran las 4:31 de la tarde, cerca del ocaso del octavo día de juicio contra el expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, JOH, en la Corte del Distrito Sur de Nueva York; se escuchó el nombre del siguiente testigo, y comenzaron a verse unos a otros sorprendidos. En el transcurso de la mañana se había especulado sobre los testigos que seguirían después de Devis Leonel Rivera Maradiaga, “El Cachiro”, un apunte en una libreta plasmaba la posibilidad que fuera Fabio, el hijo de Pepe Lobo.
Tras la conclusión de cierre del fiscal Jacob H. Gutwillig, después del receso del mediodía, había quedado esa sensación en muchos de los presentes en la audiencia, de que Honduras es un país a la deriva, cooptado por élites política corruptas que a lo largo de los años se involucraron con el narco para lograr sus aspiraciones y fines políticos. Son parte de las conversaciones que se ciernen en pequeños grupos que aprovechan los recesos para desahogarse tras el silencio impuesto en la sala.
Dos testigos más pasaron después de Devis Laeonel, una joven bajo el seudónimo Andrea Santos, expareja sentimental del Porky, y el agente especial Mcnamara. Faltaban 29 minutos para que terminara la audiencia cuando la fiscalía pasó a su noveno testigo en este juicio, se trataba de Fabio Porfirio Lobo Lobo.
A las 4:33 de la tarde ingresó a la sala, vestido con uniforme de la prisión color verde claro, camisa de fondo color blanco, cabello canoso, con un singular parecido a su padre el expresidente Lobo. Juan Orlando lo ve ingresar y se nota inquieto, su mirada fija sobre el que antes fue su amigo, hoy convertido en una pieza clave dentro del engranaje que busca que lo declaren culpable. Llega hasta el banquillo y presta juramento.
Fabio es hijo del expresidente Porfirio “Pepe” Lobo Sosa, antes líder del Partido Nacional, quien luego de ser capturado en Haití en el mes de mayo de 2015, se declaró culpable el 16 de mayo de 2016 ante la jueza federal del Distrito Sur de New York, Lorna G. Schofield.
Fabio Lobo, fue sentenciado en 2017 en una corte federal de Manhattan, Nueva York, a 288 meses de prisión por conspirar para importar cocaína a Estados Unidos. En febrero de 2024 podría ser un testigo clave en el juicio contra Juan Orlando Hernández, alias JOH.
El fiscal comienza el interrogatorio:
Fiscal: ¿De dónde eres?
Fabio: Soy de Honduras.
Fiscal: ¿De dónde vienes hoy?
Fabio: Centro correccional del condado de Essex. (Está ubicado en la ciudad de Newark, Condado de Essex, Nueva Jersey)
Fiscal: ¿Por qué estás en prisión?
Fabio: Cumpliendo una condena por narcotráfico
Fiscal: ¿Participaste en el narcotráfico?
Fabio: Si participé en el narcotráfico.
Fiscal: ¿Reconoce usted esta foto?
Fabio: Pepe Lobo. Mi padre.
Fiscal: ¿Estuvo en algún cargo político?
Fabio: Si, mi papá primero fue presidente del congreso nacional, después fue Presidente de la República de Honduras.
Fiscal: ¿En qué años fue presidente?
Fabio: de 2010 a finales de 2014.
Fiscal: ¿Quiso decir a inicios de 2014?
Fabio: Si, entregó el 27 de enero de 2014.
Fiscal: Mientras su padre era presidente de Honduras, ¿participó usted en el narcotráfico?
Fabio: Sí.
Fiscal: ¿Conoció políticos?
Fabio: Sí.
Fiscal: Mire a los presentes en la sala, ¿Reconoce a alguno de esos políticos?
Fabio: Al señor Juan Orlando Hernández Alvarado.
Fiscal: ¿Dónde está sentado? Descríbalo.
Fabio: El señor de lentes, corbata azul, camisa blanca, traje oscuro.
Fiscal: Señor Lobo, ¿Conoce a Juan Orlando por algún apodo?
Fabio: Si, JOH.
Fiscal: Señor Lobo, ¿Aproximadamente cuándo conoció al acusado?
Fabio: A principios de 2002.
Fiscal: Cuando lo conociste ¿Qué cargos ocupaba?
Fabio: Fue congresista del Congreso Nacional, posteriormente fue presidente de la república por dos periodos y fue presidente del C.N.
Fiscal: ¿Cómo fue su relación con Juan Orlando?
Fabio: Tuvimos una relación muy cercana, una relación personal con él.
Fabio Lobo, contó que conoció a JOH por primera vez en el 2002. En ese caminar dentro del Partido Nacional, sobornó a políticos entre estos su ex amigo personal el expresidente Hernández. Dijo que lo había sobornado dos veces, una por amistad, la otra para financiar su campaña política a la presidencia en el 2013, esperando recibir favores políticos, información y apoyo para sus actividades del narcotráfico.
Según Lobo, el dinero con el que sobornaba políticos venía proveniente del narcotráfico, producto de los trabajos que hacía con el Cartel de Los Cachiros, liderados por Devis Leonel y Javier Heriberto Maradiaga. Dinero del narcotráfico que también recibiría Juan Orlando del Cartel de Sinaloa.
A sus 51 años, Fabio Lobo dice orgullosamente que tiene estudios universitarios, que es abogado y notario, y que ocupó el cargo de Juez de la Corte Suprema de Justicia en un tribunal local a finales de 2009.
Un año después, en el primer año de la presidencia de su padre, dio sus primeros pininos en el narcotráfico, trabajando con “Los Cachiros” , donde iba a ayudar con contratos de gobierno y lavar dinero del narcotráfico. “Podía ayudarlos porque tenía la facilidad y las conexiones producto de ser hijo del presidente, y así lo hice”, afirma Lobo.
El interrogatorio continuó, Fabio y Juan Orlando, cruzaban miradas. Los rastros de aquellas miradas de amistad y cercanía ya no existen. Fabio tiene una misión, y se ve decidido a cumplirla. Quienes alguna vez fueron amigos cercanos, hoy mostraron desdén el uno por el otro.
Ahora el Fiscal eligió hablar de Pepe Lobo, padre de Fabio:
Fiscal: ¿Tu padre alguna vez estuvo involucrado en discusiones sobre el lavado de dinero de Los Cachiros?
Fabio Lobo: Sí.
Fiscal: Su padre recibió aportes a la campaña y obtuvo una contribución de campaña a cambio de protección.
Fabio: Si.
En fotografías mostradas aparece Pepe Lobo, con Javier Rivera Maradiaga, líder del cartel de Los Cachiros.
El juez Kevin Castel, dio por cerrada la sesión en su octavo día de juicio. Mientras la audiencia comenzó a salir, Fabio miró a Juan Orlando fijamente hasta que salió por un costado de la sala.
El interrogatorio por parte de la Fiscalía continúa este viernes.
